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martes, 2 de mayo de 2017

LA FORTALEZA DE KIM JONG-UN (UNA RESPUESTA AL SAKER)

Traduje del inglés al castellano el extenso artículo de The Saker “como derribar un elefante en la habitación”. Traduzco regularmente otros artículos de él. Lo hago voluntariamente, porque en general me parecen muy interesantes sus elaboraciones, en general comparto su posicionamiento político a nivel internacional, y entonces me parece importante que el público de habla castellana pueda leerlo. Pero en esta ocasión estoy totalmente en desacuerdo con la desvalorización que hace de Kim Jong-Un y, por transición, de la República Democrática Popular de Corea. Además también estoy en desacuerdo con su desprecio por los bolcheviques, pero esto ya no se expresa sólo en el artículo al que me refiero sino que es una posición política constante del Saker, que la ha expresado más de una vez.


El artículo al que me refiero, publicado en inglés el 16 de abril pasado, da cuenta de la crítica situación actual, donde la escalada hacia una guerra en Corea no hace más que confirmar los desafíos que como Humanidad enfrentamos en un momento histórico en donde o destruimos al imperio siocon y superamos al capitalismo o este imperio y este modo de producción terminan de destruir el mundo. En términos generales comparto las preocupaciones del Saker y comparto en grandes rasgos su definición como Gobierno de Ocupación Sionista (ZOG, en su sigla en inglés) al poder que hoy gobierna los Estados Unidos. También estoy de acuerdo con su definición sobre que la identidad judía es básicamente racista (en otra ocasión abundaré, por mi parte, sobre este punto). Y podría seguir enumerando cosas que comparto de ese artículo, pero lo que estoy escribiendo ahora es por lo que no comparto, que ya lo puntualicé al principio.
Al grano entonces. Si la crítica que The Saker hace a Kin Jong-Un, calificándolo como un líder débil al que le precupa más “salvar la cara” que los buenos resultados a obtener con una política, se enmarcan en la tensa situación coyuntural, entonces, aunque de cada posicionamiento podamos inferir la filosofía política que lo inspira, en este caso bien podríamos atribuir esta descalificación a la máxima dignidad de Corea del Norte al nerviosismo generado (lo que de todas maneras sería intepretación sicológica barata por mi parte) ante la delicada coyuntura. Pero si además consideramos la aversión de The Saker hacia el bolchevismo, al que entiende como una mezcla de “terroristas intelectuales” y criminales de poca monta, entonces ya la caracterización de Kim Jong-Un tiene raíces que van más allá de la apreciación subjetiva sobre la personalidad del máximo dirigente de la RPDC, considerando que el Partido del Trabajo de Corea, principal partido (aunque no el único) en Corea del Norte, no sólo integra plenamente la tradición política leninista (Lenin fue, no lo olvidemos, el jefe de los bolcheviques), sino que además puede afirmarse que la RPDC es una de las más dignas herederas y representantes del sovietismo.
O sea que a The Saker lo que le molesta no es el perfil sicológico que según él tendría Kim Jong-Un, el de un individuo con “tendencias paranoicas naturales”, “débil e inseguro”, sino la línea política de la RPDC, que es una línea política de socialización de la producción, de justicia social, de independencia nacional, de desarrollo económico autárquico, y en lo político, de construcción de un partido de masas nacionalista, revolucionario, internacionalista y proletarista, cuyo método es el centralismo democrático, de desarrollo de una línea militar del pueblo en armas, y de desarrollo de armamento lo más potente y tecnológicamente avanzado posible, esto último no por culto al militarismo, sino por necesidad de autodefensa. ¿Y por qué digo esto? Es decir: ¿por qué llevo tan adelante las críticas que The Saker parece haber hecho sólo a Kim Jong-Un y “sus secuaces del Partido”? ¿Por qué no me atengo sólo a sus críticas a la persona, al individuo, o individuos, independientemente de lo que es la realidad de la RPDC, y lo que fue en su momento la realidad de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y lo que fue en su momento la llamarada de revoluciones socializantes e anticolonialistas en todo el mundo que tuvieron como una de sus fuentes inspiradoras más importantes al marxismo-leninismo? Porque esas críticas al individuo lo son en tanto lo que ese individuo representa como línea política. ¿O la realidad de China hoy se puede explicar sin tener en cuenta a Mao, que se inspiró en gran medida en Marx y Lenin? ¿Vietnam? ¿Cuba? ¿Rusia? ¿Corea del Norte? Y seguiríamos dando ejemplos...
Por supuesto: así como Cristo fue crucificado por los fariseos, también los revolucionarios originales serían bastante bien crucificados y bastardeados por cualquier burocracia que abusara del Poder en vez de mantener siempre presente su deber de servicio. Y de allí a la distorsión progresiva, acumulativa, degenerativa, que deriva en una tiranía opresiva en vez de la libertadora dictadura del proletariado, hay un importante grado de probabilidad. Pero estamos refiriéndonos a la naturaleza humana de estos tiempos: todo proceso revolucionario, si deja de tener líderes virtuosos (sea porque fenezcan de muerte natural o provocada) indudablemente que deja de tener la garantía de una conducción superlativa en función de los fines proclamados por la doctrina. Pero lo más curioso del caso es que en Corea del Norte esto no sucedió, porque no se puede mantener una unidad monolítica del pueblo, y más la unidad de un pueblo culto como el coreano en el norte, sin una sólida coherencia política colectivista. La dirigencia del Partido del Trabajo de Corea es de las dirigencias más heroicas que existen hoy en la actualidad. Es evidente su sobriedad, su compostura, su actitud de servicio al pueblo y no el servirse de él. Una dirigencia de otra naturaleza no podría tener jamás el coraje y la determinación que está demostrando la dirección de la Corea del Songún. Corea del Norte mantuvo su integridad mientras la degeneración de la Unión Soviética hacía campear la prostitución y la degradación social por la calles de Moscú en la década de los ‘90, y mientras el PC de China se poblaba de millonarios, de privilegiados cuyo estilo de vida es muy lejano al de las masas que son el sujeto de la Patria. Hoy Rusia, de la mano de Putin, por suerte ha renacido, pero aún dista mucho de tener la unidad política monolítica que demuestra Corea del Norte. El mismo Saker denuncia habitualmente como quintas columnas en Rusia a los sectores más relacionados con el capital, y específicamente, con el capital financiero occidental. ¿O es una casualidad que Jesús echó a mercaderes del templo, y no a otro tipo social? ¿Está llena de mercaderes Corea del Norte? ¿Está llena de mercaderes China? ¿Está llena de mercaderes Rusia? ¿Tendrá que ver el hecho de que en Rusia y China hay demasiados mercaderes con que a Corea del Norte la dejan sola, la sancionan, y le tienen desconfianza, la “crucifican”? ¿No beneficia esto a Estados Unidos? ¿Quién comete el error: los gigantes euroasiáticos poblados de megamillonarios, con sociedades dividades en clases, que desconfían de una Corea comunista, humilde y combatiente; o Corea del Norte, que sólo se está defendiéndo con firmeza de un imperio que ha demostrado ser oportunista, traicionero y cobarde, que ha demostrado mucha más tendencia de agresión hacia los débiles que, por supuesto, hacia los fuertes? ¿O podemos decir que para los yankis es lo mismo invadir la RPDC que invadir Afganistán, Libia, Siria, Irak...? Ya la guerra en Yemen, donde Arabia Saudita está buscando la manera de salir de esa conflagración salvando la cara, sería un mínimo adelanto de la tremenda derrota que sufriría Estados Unidos en Corea, si comete el tremendo error de atacar a la RPDC. ¿Por qué piensa tanto el Estado Racista de Israel antes de lanzarse a invadir Líbano? ¿Cómo le fue en 2006? ¿Tendrá algo que ver la línea política de Hezbolá en todo esto? ¿Tendrá algo que ver la línea política de la RPDC con que aún no ha sido tocado su territorio? ¿Tendrá que ver su “tendencia paranoica natural”, según palabras de The Saker? ¿Tendrá algo que ver el estilo de liderazgo de la RPDC con el estilo de liderazgo de la Revolución Islámica de Irán, o de Hezbolá en Líbano y más allá? ¿Los bolcheviques tendrán algo que ver con el enorme y desarrollado poder militar que hoy protege no sólo a Rusia sino a toda la Federación Rusa, una Federación que es capaz de mantener la integridad territorial más extensa del mundo con una población de sólo 150 millones de habitantes? ¿Tendrá algo que ver el bolchevismo con la victoria en la Gran Guerra Patria contra el fascismo? ¿El pueblo ruso “soportó” el bolchevismo porque fue tonto y no supo evitarlo, o justamente la Revolución de 1917 significó un gran salto adelante en la colectivización y el desarrollo de la fuerzas productivas de ese conjunto de naciones que conformaron la gloriosa Unión Soviética? O el bolchevismo es un movimiento traicionero pero que, gracias a poderes hipnóticos, saca de los pueblos lo mejor de sí, o es, efectivamente, una doctrina avanzada que motivó las máximas potencialidades de los pueblos de la Unión Soviética. ¿Cómo se explica que la URSS surja como una superpotencia económica al mismo tiempo que perdiera entre 20 y 30 millones de sus mejores hijos en la Segunda Guerra Mundial? Por el contrario, Estados Unidos emerge como superpotencia sin casi sufrir pérdidas en su población y concentrando los recursos del saqueo del mundo. ¿Cómo se explica que, luego de 1917, el pueblo que estaba con los bolcheviques no contó con ayuda de alguna potencia extranjera y que, por el contrario, los monárquicos zaristas, donde según The Saker estaría el “alma rusa”, fueron auxiliados por una intervención militar directa de casi todas las potencias capitalistas de la época para evitar la Revolución Social que sacudió los cimientos burgueses del mundo? Habría que reconocer que esa “alma” estaba un poco débil, porque según The Saker, el bolchevismo padecía “rusofobia”. Tendríamos que preguntarnos: ¿tan tonto es el pueblo ruso, que sostuvo en el poder a los “rusófobos”, contra la agresión de casi todas las potencias del mundo de entonces? ¿Por qué el pueblo no ayudó a los de afuera a que echara a esos “rusófobos”? ¿Los invasores de Rusia querían ayudar al pueblo ruso o sofocar esa insurrección libertadora, la que liberó a Rusia de la clase parasitaria y donde tomaron el poder los soviets de obreros, campesinos y soldados... rusos?
El bolchevismo fue un movimiento que impulsó la participación de las masas a través de los soviets y, al mismo tiempo, logró un alto grado de centralización, necesario para poder ejercer el poder y vencer a las fuerzas contrarrevolucionarias. De todas maneras, más allá de cómo describamos organizativamente al bolchevismo, autodefiniéndose el Saker como un "monárquico del pueblo ortodoxo" supongo que el ejercicio de la autoridad de manera firme no es un problema para él. Obviamente que no tiene complejos liberales. Aquí lo que yo me pregunto es cómo podía el bolchevismo expropiar a los propietarios sin que éstos se negaran y, en ese caso, como hacerlo sin violencia (como sabemos esa negativa no es sólo verbal, sino que se expresa crudamente en la lucha de clases). El bolchevismo fue un autoritarismo expropiador contra los ricos, la denominada dictadura del proletariado, donde los pobres obligan a los ricos a "compartir" el pan, como quería Cristo. Como ya es sabido, lo que le falta a los pueblos lo tienen los mercaderes del templo, y ellos nunca compartirán el pan, como hizo Cristo. La violencia bolchevique fue la violencia de un Cristo que no sólo echó a los mercaderes del templo, sino además evitó que pudieran crucificarlo. La violencia de un Cristo vencedor, al que no lograron crucificar. La violencia bolchevique fue la violencia revolucionaria que enfrenta y vence a los crucificadores, a los fariseos. Claro que las masas oprimidas en todos los casos no aplicarán la dosis perfecta y proporcionada de violencia contra quien te ha explotado, torturado y masacrado durante siglos. Claro que en un proceso tan impetuoso como una Revolución, no todo será con cortesía y buenos modales, pidiendo por favor a los torvos egoístas para que dejen de ser agresivos y acepten ser justos. Claro que nadie puede pedir, con algo de lógica, que las cosas sucedan de esa manera. Y claro que no todos los revolucionarios serán refinados intelectuales alejados de la crueldad y el dolor que se vive en el frente, donde están los combatientes, ejecutando, concretamente, la línea político-militar (¿serán éstos, invariablemente, “criminales de poca monta”?). Lo que no obsta a que la línea definida no sea la correcta y que concluyamos en la equivocada idea de que todos los intelectuales, sólo por el hecho de ser tales, son vanidosos y soberbios (con esto no afirmo que Saker diga que los intelectuales son así). Justamente los líderes sabios son los que jamás se creen superiores por el hecho de tener un mayor dominio del conocimiento. Justamente los líderes verdaderos son los que nunca se olvidan que son sólo una expresión, siempre mínima, de Lo Superior, llámese Dios, Devenir Histórico, Leyes de la Historia, Conocimiento (el cual es un producto social y, por tanto, jamás pertenece, como bien privado, al individuo), Materialismo... cualquiera que sea el nombre que le pongamos a lo que es superior a nuestra particularidad. Y claro que afloran las pasiones, los justificados resentimientos, el odio de clase madurado a través de décadas y décadas de humillaciones e injusticias. Y si por debilidad del poder revolucionario sobreviniera la restauración oligárquica, con ella vendría la revancha. Como un ejemplo repetido en la Historia: luego de sofocada la insurrección de esclavos liderados por Espartaco, durante el Imperio Romano, a lo largo de la via Appia hubo miles de cruces donde, como escarmiento, fueron ejecutados en masa los que se atrevieron a enfrentar a los amos . O sea: la violencia de las clases opresoras siempre es enorme, siempre es terrorista, siempre es sangrienta y masacradora, porque es la única forma en que una minoría de privilegiados mantenga la explotación y la opresión sobre una mayoría abrumadora.
Parte de todo esto es lo que hoy explica el odio occidental a Rusia. No es sólo el odio de los siocons de los EEUU, especialmente rusófobos. Es el odio de las clases imperialistas a un pueblo que fue capaz de hacer la primera revolución socialista victoriosa en la Tierra. Es el odio a un pueblo que, con un liderazgo apropiado, renace en su orgullo insurreccional, esta vez contra el orden unipolar. Y es ese mismo odio el que hoy aflora contra Corea del Norte, por lo que constituye como nación donde hay una verdadera y profunda Justicia Social.
Definitivamente no, no estoy de acuerdo con lo que esta vez dice The Saker, sobre Kim Jong-Un y sobre el bolchevismo.

Leonardo Del Grosso

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